sábado, 24 de noviembre de 2012

La Historia de Kilo Prieto...


    Las Islas Canarias...

    ...es un archipiélago del Atlántico que conforma una de las diecisiete comunidades autónomas de España y una de las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea. Está formado por siete islas principales: El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, que forman la provincia de Santa Cruz de Tenerife; y Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote, que componen la provincia de Las Palmas.
Kilo Prito
Mi abuelo llego de La Palma a Cuba por los años 1900s. Se acentó en la zona de Holguin, en un lugar llamado La Rioja, prácticamente al centro, entre la carretera central y el poblado de Mir.
Tuvo, 5 hijas, hembras y un barón, que solo es un año y meses mayor que yo.Yo nací de la segunda de sus hijas en edad, pero la primera en casarse. Luego vinieron mis primos y primas, todos de complexión muy blanca, pelos rubios y en su mayoría con ojos claros como mi abuela, verdes o azules.

A través del tiempo cuando ya comenzábamos a despuntar en tamaño y entendimiento, mis primos se dieron cuenta que yo era diferente en complexión; mas tostado como abuelo, de ojos pardos y pelo negro, por lo que entonces me nombraron “Kilo-Prieto” en alegoría al centavo de color cobrizo rara moneda cubana conocida así. Claro, eso me diferenciaba, y no me agradaba que me llamaran descriminatoriamente de esa manera. Pero al pasar de los años, ya no me importo mas, al contrario, me gustaba, ya que era yo el único con nombrete que significaba dinero!... aunque fuese solo un centavo.

De regreso a casa de abuelo...

Una noche allá por 1958, cuando tenia yo solo 6 años... mi padre no regreso a casa del trabajo, hacia solo unos días que los rebeldes habían atacado el pueblo matando varias Guardias Rurales.

Yo vivía a las afueras del poblado que estaba frente a un gran monte que servia de cementerio y donde decían los rebeldes se escondían... recuerdo lo tenían rodeado soldados muy armados y nerviosos. Se oían esporádicos disparos a la distancia, ... un perrito paso corriendo asustado y uno de los soldados que hacían guardia frente a mi casa lo asusto aun mas disparando su rifle al aire, no parecía un hombre bueno... su risa sarcástica y el cigarrillo colgando de sus labios dejaban entrever sus amarillentos dientes manchados por la nicotina, imagen que se quedaría plasmada en mi memoria hasta estos días. Sentí miedo, mucho miedo por mi padre,... que le habría ocurrido? 'el siempre regresaba y me traía algún dulce o juguetito, pero no regreso la noche anterior. Algo me decía que las cosas no andaban bien... fue entonces cuando vi a Min el carnicero, … que raro pensé, que hace Min aquí? La carnicería donde el trabajaba esta casi llegando a las minas al lado de la pista de aterrizaje, … que raro... a que habrá venido de tan lejos?... Min se acerco en su rápido caminar siempre arrastrando un pies un poquito, parecía alarmado, me sacudió el pelo y continuo puerta adentro donde estaba mi madre cosiendo unas medias en la sala... algo le dijo, mi madre lo miró alarmada parándose de un salto y salió con el al patio donde conversaron en voz muy baja, y como mismo llegó así de rápido Min se marchó.

Mi madre abrazándome me dijo papa esta bien, pero se ha ido muy lejos a ver a tu abuelo que esta muy enfermo, nosotros nos marcharemos a la casa de tus otros abuelos donde te gusta ir, recoje todas tus cosillas que nos marchamos ya. Mi madre hizo las maletas en un santo y amen y cargando a mi hermanita de un año me agarro de la mano y nos marchamos muy rápido calle abajo. Min nos esperaba a corta distancia de la casa donde tomamos un autobus que nos llevo hasta el embarcadero, allí me regalo un juguetito de un hombre que ascendía o descendía por una escalerilla, dependiendo de la posición que se pusiera, y así... con una sonrisa se despidió de mi madre marchándose con su peculiar andar.

La lancha llego al fin, ya era de noche, y el mar olía a mangle podrido. Con la tenue luz de una linterna un marino nos ayudo a pasar por una tabla que servia de puente hasta el bote, me parecía muy grande, quizás por que era yo muy pequeño. Después de una corta espera, los motores rugieron como diez leones juntos, y nos pusimos en marcha dejando atrás el muelle adentrándonos en las tinieblas de la noche y el mal oliente mar.

Continuara...


 

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